18 marzo 2006

Usos de la química forense

Durante estos días he asistido a un par de conferencias dentro del ciclo: presente y futuro de la ciencia y la tecnologia en el Centro de Arte Contemporaneo, en Málaga. Una de ellas la impartía Miguel Ángel García Aranda y hablaba sobre los avances químicos en la ciencia forense. Eran inevitables las comparaciones con CSI.


Aunque en este caso se centró sobre todo en análisis de drogas, explosivos, sustancias prohibidas y suelos.

La difracción de rayos-X nos permite ver, en una sola medida, casi todos los componentes de una muestra de droga, tanto principios activos como excipientes. La composición de estos últimos ayudan a localizar la partida.
El tráfico de drogas es difícil de combatir debido a la sofisticación de las técnicas de ocultación, especialmente en el tráfico de cocaína. Denominamos cocaína negra a aquella que no da la reacción colorimétrica por estar enmascarada químicamente, además los agentes químicos para colorearla inhiben el olor con el que los perros adiestrados pueden detectarla. En estos casos se identifica por difracción de rayos-X la sustancia añadida que interfiere en la reacción.


En esta figura podemos observar el cotejo de dos tipos de cocaina.

También se utiliza la determinación mediante espectrometría de masas de las proporciones de isótopos (IRMS). Esta técnica permite determinar la abundancia relativa de isótopos y poder así detectar el origen de la cocaína entre cárteles de Colombia ó Bolivia, por ejemplo.

Tambien se vio los difractogramas de distintos explosivos. Me llamo la atención el caso de peróxido de acetona. Los detectores de explosivos convencionales en los aeropuertos detectan grupos nitro y elementos metálicos. El explosivo TATP, conocido también con el nombre de madre de Satán por su alto poder destructivo, no es detectado por estas técnicas y se fabrica muy fácilmente. Se usó en las bombas de Londres, el 7 de julio de 2005.

Durante la charla se expusieron varios casos reales. Hubo uno, el caso de Oakbank, donde gracias a los restos de tierra en las botas del sospechoso y en una pala (analizando pH, conductividad, composición...)pudieron identificar el sitio donde había enterrado a sus victimas, en un radio de 150 km :O.



Enlaces relacionados: AMIA Laboratories
Gracias a la colaboración de Miguel Angel Garcia Aranda.

delicous menéame

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