22 julio 2009

Morirme contigo

Leo en el blog de la 2 noticias un articulo publicado por Mara Torres que me ha tocado bastante. Copio y pego el resumen de la noticia:

Edward y Joan llevaban 54 años casados y tenían dos hijos. Él había sido director de orquesta y ella bailarina. Se conocieron cuando Edward tenía 30 y Joan 19, se enamoraron, se pusieron uno a lado del otro y ya no se separaron nunca más o, al menos, eso es lo que dicen las crónicas. También cuentan que, cuando a él le diagnosticaron una enfermedad por la que iría perdiendo la vista paulatinamente, ella decidió convertirse en su luz. Era sus ojos, su bastón, su asistente personal y su compañera de viaje. La vida entonces parecía seguir siendo apasionante. De hecho, Edward dirigió la Filarmónica de la BBC por última vez en el año 2006, con más de 80 años y cuando ya estaba completamente ciego. Ella le acompañó al escenario, le colocó delante de la orquesta y él dirigió a los músicos con la memoria. Pero cuando Edward supo que su mujer tenía un cáncer terminal, decidieron morirse. Y lo hicieron a través de la clínica Dignitas, que les dejó un apartamento en Zurich con una sobredosis de barbitúricos encima de la mesilla, al lado de una cama en la que Edward y Joan murieron de la mano, en apenas diez minutos y en presencia de sus hijos.


Recuerda a la canción de Sabina. Quitando la moralina y el purgatorio, me parece lo más romántico que he oido en tiempo ha. Ojála todo fuese tan natural y sencillo (no tan caro) como eso.

Más info en un artículo de el mundo

delicous menéame

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