18 abril 2006

El jardín de la alegría

Erase una vez un jardín de la alegría, parecido al que cantaba el chojin, en el que había pajaras asiliconadas con manicura, viejos lagartos fumadores de habanos y hormigas. Las pajaras se aprovechaban de los largatos, ya que estos al ser de estirpe reptiliana disfrutan de un status superior. Las hormigas preparaban y trozeaban los alimentos, limpiaban sus habitáculos y hacían otros menesteres para la comodidad de los largatos y pajaras.

De vez en cuando viene algún camaleón, que aún siendo lagarto se hace pasar por otro de sangre más azul. Tambien vienen tortugas en sillas de ruedas con un séquito de garrapatas y babosas. Las hormigas nocturnas me cuentan que suelen aparecer pajaras profesionales de muy ver que vienen de hacer visitas 'casuales' a habitaculos de V.I.L.. Hay más fauna...

En el jardín de la alegría hay menos basura que en las calles de Tokio. Allí la sonrisa hipócrita de las hormigas esconden un instinto asesino. Hay quién viajo más allá del jardín y vió que había otros animales que pasaban hambre mientras que en el jardín el derroche de alimentos era bárbaro. Aquellos que salían, al regreso, morían de pena.



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delicous menéame

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues tu como hormiga, bien que te beneficias de las propinas de los largatos. Y tu sueldo no sería el mismo, eso tenlo por seguro.

Agur

PD:Te faltó la correspondencia lagarto-hormiga ;)

wanfry dijo...

Las relaciones entre lagarto-hormiga, dependen única y exclusivamente de la propina. Según sea ésta:
Menos de 5 euros: gracias.
Entre 5 y 10: gracias y sonrisa.
Entre 10 y 20:gracias, sonrisa, parte meteorológico y situación de las carreteras.
Más de 20: Todo lo dicho anteriormente más llamarlo de 'su majestad' y limpiar el polvo allí donde va.

Por eso elegí ese jardín de la alegria y no otro. Pero eso no significa que no pueda criticarlo.