06 enero 2009

Disfraz

Me ví obligado a ser Dexter el Diurno a tiempo completo, como un actor atrapado en una película, consciente de que el mundo real está al otro lado de la pantalla, pero tan inalcanzable como la luna [ ... ]

Sabía que Doakes no podía continuar con esto indefinidamente, claro está. Al fin y al cabo, recibía una buena paga de los habitantes de Miami por llevar a cabo un trabajo, y de vez en cuando tenía que hacerlo. No obstante, Doakes comprendía la marea alta interior que me azotaba, y sabía que, si mantenía la presión el tiempo suficiente, el disfraz se caería, TENÍA que caerse, porque los fríos susurros procedentes del asiento trasero eran cada vez más perentorios.
De modo que nos sosteníamos en equilibrio sobre el filo de una navaja que, por desgracia, sólo era metafórica. Tarde o temprano, tenía que ser yo, pero hasta entonces vería muchísimo a Rita. No le llegaba a la suela de los zapatos a mi viejo amor, el Oscuro Pasajero, pero yo necesitaba mi identidad secreta, y hasta que escapara de Doakes, Rita era mi capa, mis mallas rojas, mi cinturón de utilería, casi todo el disfraz.

delicous menéame

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